Crisis sociohídrica en la ribera del lago de Chapala (Herrera-Lima, 2024)

Jonatan Godinez Madrigal

HDHerrera-Lima, S. (Ed). 2024. Crisis sociohídrica en la ribera del lago de Chapala. Guadalajara, México: ITESO. ISBN: 9786078910571, 227 p., Open Acess.

(URL: https://editorial.iteso.mx/index.php/PI/catalog/book/24 )

 

Jonatan Godinez Madrigal

IHE Delft, Institute for Water Education,  j.godinezmadrigal@un-ihe.org

 

To cite this Review: Godinez Madrigal, J.G. 2025. Review of "Crisis sociohídrica en la ribera del lago de Chapala", edited by Susana Herrera-Lima, Water Alternatives, https://www.water-alternatives.org/index.php/boh/item/389-chapala

 

El libro coordinado por Susana Herrera-Lima en la Universidad ITESO en 2024 se presenta como un estudio profundo, interdisciplinario y comprometido con la realidad compleja del lago de Chapala y sus comunidades ribereñas, especialmente de Mezcala y San Pedro Itzicán. Esta obra colectiva, estructurada en diez capítulos más una introducción y conclusiones, articula diversas miradas científicas, técnicas y sociales que ambicionan comprender la actual crisis sociohídrica de este cuerpo de agua emblemático de México.

En esta reseña primero resumiré los puntos principales que se abordan en el libro en sus diez capítulos, y en una segunda parte, haré una exploración crítica del libro con base en los siguientes criterios esenciales para evaluar las contribuciones del libro: Contribuciones a la literatura socioambiental interdisciplinaria, alcance teórico sobre ecología política,  la idoneidad de la metodología empleada, inter-referencialidad entre los capítulos del libro, y finalmente si hay y qué tipo de propuesta político-ética puede derivarse del caso del lago de Chapala que sea escalable y reproducible en casos similares en otros países. 

La introducción, a cargo de Susana Herrera-Lima, sienta las bases metodológicas y epistemológicas del libro. Desde el inicio, la autora plantea la necesidad de una mirada inter y transdisciplinaria pero siempre anclada a una ecología política latinoamericana que se declara única en el mundo por su insistencia en la lucha social contra las injusticias ambientales (volveré a esta apreciación en la segunda parte de esta reseña para analizarla de forma crítica). El proyecto de investigación se plasma como una derivación de la oportunidad estratégica que surgió a partir de la audiencia del Tribunal Latinoamericano del Agua que tuvo lugar en el año 2018 en la Universidad Jesuita de Guadalajara (ITESO), Jalisco, para visibilizar el caso. Se justifica así basada en un modelo de investigación basado en la problemática social como el centro de interés del proyecto, la convergencia de múltiples saberes y formas de conocimiento, la comunicación del conocimiento como componente transversal y permanente del proyecto. Será precisamente este modelo que analizaré para evaluar críticamente si este modelo puede convertirse en una propuesta que pueda trascender el caso del lago de Chapala. El capítulo también describe la arquitectura del libro (contexto, dimensiones analíticas, comunicación y recomendaciones) y señala el pluralismo metodológico: análisis hidrológicos, evaluación de riesgos para la salud, métricas demográficas y de pobreza, narrativa histórica, etnografía y comunicación coproducida.

El segundo capítulo, “Interdisciplina: retos y desafíos” de Agustín Verduzco Espinosa, hace una “metareflexión” sobre las tensiones y promesas de la interdisciplina en el caso concreto de este proyecto de investigación. Más que una revisión teórica abstracta, este capítulo se ancla en las dificultades concretas del trabajo conjunto entre expertos de distintas áreas, lo cual resulta central para el proyecto del libro. Para definir la metodología del proyecto de investigación, el equipo resolvió anclarlo al derecho humano al agua y saneamiento y la forma en que diferentes disciplinas pueden investigar todas sus dimensiones (dimensión histórica, medioambiente y el derecho al conocimiento), todas ancladas a la ecología política como eje transversal para explorar interdisciplinariamente las categorías de agravio, injusticia y vulnerabilidad.

La sección 3 del libro “Aproximación multidimensional al contexto de las comunidades” aborda el contexto del lago y se divide en varios capítulos. En el primero de ellos, “Las complejidades del lago de Chapala: características, importancia, gobernanza y retos futuros”, Alejandro Juárez Aguilar y Liliana López Gómez hacen un recorrido por las dimensiones físicas, ecológicas y socioinstitucionales del lago, destacando sus funciones ecológicas, su papel en el abastecimiento regional y la fragmentación institucional que dificulta su gobernanza. Aunque la literatura en la que se basa evidencia que hace falta actualización de estudios técnicos del lago (algunas fuentes empleadas son de los 90s, y principios del 2000s), el capítulo ofrece un mapa biofísico y de gobernanza de la región entera que permite a los lectores ver cómo las demandas regionales y la política de la cuenca crean exposición a pesticidas en las comunidades ribereñas. Su descripción aclara cómo la abstracción aguas arriba, el riego, la demanda urbana y la fragmentación institucional se combinan para producir escasez y puntos ciegos regulatorios. Sin embargo, la conclusión del capítulo resulta inusual ya que no se deriva de la información presentada durante el capítulo, donde se destaca el posible rol de este contexto en las comunidades afectadas de San Pedro Itzicán y Mezcala, lo cual no fue abordado en el corpus del capítulo, ya que la escala de análisis fue regional, y no local.

Le sigue “Contexto geográfico y delimitación del área de estudio” de Hugo de Alba Martínez y Luis David Rizo Decelis. El objetivo del capítulo es caracterizar el medio (a)biótico del área de estudio y mapear el área de estudio con precisión: límites municipales, geología, hidrogeología, biodiversidad, patrones de asentamiento, usos de la tierra y enlaces hidrológicos. Los autores delinean el área de estudio con base en el sistema hidrogeológico que cobra relevancia para las comunidades de Mezcala y San Pedro Itzicán. Aunque el capítulo ofrece información clave para el libro, también traslapa y redunda información (p. ej., información climática e hidrológica) presentada en el capítulo anterior que a veces repite en lugar de extender la evidencia, de lo que se deriva que tal vez no hubo una integración interdisciplinaria óptima de los capítulos del libro para que no existieran estos traslapes que hacen innecesariamente extenso el libro. Esta es una ineficiencia menor en relación con la contribución general, pero revela un costo de coordinación de la interdisciplinariedad: varios equipos a veces reconstruyen el mismo andamiaje en lugar de construir capas que estrictamente sumen a lo ya explorado. Por otra parte, el capítulo concluye con que este estudio en particular pueda servir para que estudios posteriores puedan desarrollar más a fondo tópicos más específicos de la zona, pero sorprende que no se adjunten o pongan a disposición los mapas con una mejor definición o inclusive los archivos del GIS para apoyar más eficientemente un esfuerzo conjunto a largo plazo de desarrollo colectivo de conocimiento de la región.

El capítulo siguiente, “Contexto sociohistórico” de Susana Herrera–Lima, proporciona un análisis de lo que algunos historiadores como Braudel definen como de larga duración, rastreando los asentamientos, los cambios en la tenencia de la tierra y los regímenes de subsistencia cambiantes para que la privación contemporánea no aparezca como un accidente sino como el resultado de decisiones políticas y económicas anteriores. Se traza una genealogía de injusticias que explica las condiciones actuales de exclusión y vulnerabilidad. Del capítulo faltan ciertos elementos significativos que hubieran plasmado con más riqueza los contextos divididos en periodos de tiempo. Por ejemplo, entre el periodo de la colonia e independencia no se hace referencia a la resistencia indígena de la isla de Mezcala, la cual es reconocida y referida con mucho orgullo entre los habitantes de Mezcala como un bastión de resistencia contra los españoles (aunque luego este evento sí es referido en el capítulo de acción colectiva). En el periodo del Porfiriato hace falta un mapa que pueda visualizar la dimensión de la desecación parcial que sufrió el lago de Chapala. En la segunda mitad del siglo XX, hace falta la referencia al rol del desarrollo de la cuenca del Lerma-Chapala para irrigación, especialmente en el estado de Guanajuato, con el cual se protagonizaría después una disputa histórica por las aguas del Lerma que fluyen al lago de Chapala en los años 1950 y 2000. Igualmente no se hace referencia al acuerdo de distribución del 2004 que resolvió el conflicto entre Jalisco y Guanajuato y que asegura agua suficiente para el lago de Chapala a costa de la agricultura en Guanajuato, y que a la postre repercutiría en el conflicto El Zapotillo. Estas ausencias en el contexto socio-histórico hubieran podido subsanarse al consultar a más referentes esenciales del lago de Chapala como Helbig (2003), Ramón Rubín (1993) y Pérez-Peña & Torres-González (2001), entre otros. Finalmente, el capítulo cierra con una breve referencia a la pesca que aparece sorpresivamente en medio de sub-secciones dedicadas a momentos históricos, además de haber sido desarrollada anteriormente en el capítulo S3C1.

El capítulo “El contexto de las comunidades: demografía, pobreza multidimensional, abastecimiento y cuidado del agua”, de Carlos Armando Peralta Varela y Agustín Verduzco Espinosa, traduce el contexto socio-histórico del capítulo en la experiencia de los hogares combinando medidas de pobreza multidimensional (educación, vivienda y salud) con detalles sobre las prácticas de aprovisionamiento de agua con base en pipas. Algunos problemas de este capítulo se presentan en secciones y referencias a estadísticas que parecen tener poca relevancia por tratarse de escala nacional y no a escala local, lo que merecería un trabajo más etnográfico para poder entender los modos y medios de vida de los y las habitantes de Mezcala y San Pedro Itzicán, los cuales se exploran de forma marginal en el capítulo posterior.

La sección S4 realiza el trabajo pesado del libro. El capítulo S4.C1 Acción colectiva y exigibilidad del derecho humano al agua y al saneamiento: agravio y reconocimiento en las comunidades indígenas coca de Mezcala y San Pedro Itzicán de Peralta Varela, Verduzco Espinosa y Ruíz Magaña documenta la movilización comunitaria en Mezcala y San Pedro Itzicán: asambleas, peticiones, reclamos judiciales o administrativos y alianzas con la sociedad civil. Los autores cuestionan cómo se enmarcan las reclamaciones (demandas de servicios técnicos frente a reclamaciones de derechos), cómo responden las instituciones (como ignorar los reclamos) y por qué una posible reparación de los daños le procede todo un proceso socio-jurídico y de acción colectiva donde se pongan en juego la agencia de las comunidades y distintos tipos de recursos y capacidades para enfrentar factores estructurales de injusticia social. Este análisis político sobre agencia colectiva es fundamental para la afirmación clave del libro: en una violación de derechos se incide en la forma en que un agravio y reconocimientos colectivos se ensamblan para confirmar o negar un derecho. Y en la lucha por el reconocimiento hay un andamiaje socio-jurídico que cementa injusticias de distinto tipo para poblaciones particulares, especialmente aquellas que históricamente han sido marginalizadas. Aunque el capítulo hubiera podido incorporar por completo al capítulo anterior sobre el contexto de las comunidades para darle mayor robustez, se muestra que las comunidades están buscando activamente remedios, lo que fortalece la afirmación del libro de que la negligencia estatal, no la pasividad de la comunidad explica en parte la gravedad de la crisis. Y pone en hincapié la forma en que colectivos indígenas se enfrentan a estructuras político-organizativas estatales y económicas que han generado una crisis plagada de un entramado de controversias legales, científicas y políticas que es difícil de entender y explicar, lo cual es en sí mismo una barrera para la justicia hídrica y el derecho humano al agua y saneamiento para las comunidades más marginadas del mundo. Para desentramar parte de este nodo controversial, el capítulo siguiente es fundamental.

El capítulo de la calidad del agua es la bisagra probatoria del capítulo anterior: las reclamaciones legales y morales necesitan medidas objetivas. En el capítulo “Calidad del agua del lago de Chapala”, Alejandra Castellanos Márquez y Ana Sofía Macías Ascanio abordan el riesgo sanitario por contaminación del agua, combinando análisis químicos, estudios epidemiológicos y percepción social del riesgo. El capítulo ofrece un recuento detallado del proceso inter- y transdisciplinario que guió a las investigadoras en su investigación. Su cuidadosa caracterización de contaminantes y vías de exposición es una contribución fuerte y concreta. Sus pruebas microbiológicas y químicas, vías de exposición y caracterización de riesgos establecen vínculos plausibles entre las fuentes contaminadas y los posibles resultados de salud para las personas que consumen, se bañan o usan agua del lago para la producción de alimentos. En entornos legales y de defensa, esta evidencia forense es indispensable. Sin embargo, a mi juicio, el capítulo presenta un desfase teórico-metodológico entre los objetivos del estudio y sus recomendaciones. Desde el principio del capítulo se hace hincapié en que los datos necesitan ser interpretados para no caer en erratas derivadas de impresiones estáticas de la problemática, pero el capítulo aunque ambiciona “definir un modelo conceptual preliminar sobre los factores involucrados en la determinación de un índice de riesgo de afectaciones a la salud por exposición al agua contaminada” para interpretar la realidad como se experimenta en Mezcala y San Pedro Itzicán, al final no se hace mención de tal modelo. Este modelo conceptual podría comparar literatura clave, por ejemplo, en toxicología forense que abunda, no solo internacionalmente, sino también en México, con los múltiples casos de derrames tóxicos mineros, en Sonora y Zacatecas. El caso del lago de Chapala, como se argumenta en el capítulo es un caso único e irrepetible, pero ello no impide el desarrollo de un modelo conceptual que derive en un protocolo que pudiera servir para darle seguimiento a tal índice de riesgo mediante el monitoreo de la calidad del agua a lo largo de la cadena de uso de agua en comunidades ribereñas, y, como mencionan las autoras en sus recomendaciones, llegar a “establecer un programa permanente y transparente de monitoreo que también incluya […]  el agua subterránea.”

El capítulo de justicia epistémica es quizás la inserción teórica más original del volumen: mostrar que la exclusión de la formación del conocimiento es en sí misma un problema de derechos eleva el libro más allá de un expediente estrictamente de salud ambiental al terreno normativo. El capítulo enfoca su atención en las justicias epistémicas y la diferencia entre la injusticia testimonial y la justicia hermenéutica. La testimonial refiriéndose a la falta de credibilidad que tienen ciertas comunidades llamadas epistémicas, en este caso las comunidades, las cuales por prejuicios y sus condiciones socio-económicas sus vivencias no son reconocidas; mientras que la injusticia hermenéutica analiza las dificultades que tienen las comunidades afectadas de Mezcala y San Pedro Itzicán para poder entender la complejidad de su propia problemática socio-ambiental. Este enfoque cambia el enfoque de la contaminación medida a los procesos de exclusión: testimonios no reconocidos, ignorados e invalidados; indicadores oficiales faltantes y no coincidentes, desestimación de la observación comunitaria y las normas institucionales que priorizan ciertos tipos de datos. Argumenta que la negación de una voz creíble, el "derecho al conocimiento", es en sí misma una dimensión de la violación de los derechos porque obstruye el reconocimiento y la reparación. En una parte del capítulo se reconoce que hay una necesidad de que sean los mismos pobladores quienes en algún momento sean los relatores de su propia historia sin intermediarios, lo que hizo que me surgiera la pregunta: ¿por qué no se agregó un capítulo en el libro que hubiera sido escrito por las comunidades? Tal vez esto hubiera sido un paso proactivo para reducir la injusticia epistémica que sufren las comunidades y reducir los procesos de subjetivación donde las comunidades se acaban culpando a sí mismas de la situación en la que se encuentran. Un desenlace que consciente o inconscientemente beneficia a los actores responsables de la salud de la población y la sustentabilidad de los ecosistemas.

El último capítulo sobre comunicación de Muñoz Acosta se destaca como un puente práctico entre la evidencia y la movilización y que de alguna forma responde a la pregunta planteada en el párrafo anterior. El capítulo es una contribución real para demostrar cómo la investigación puede convertirse en un arma para la rendición de cuentas sin aplanar las voces de la comunidad. También muestra las ambiciones transdisciplinarias del libro.

Las recomendaciones finales son coherentes y viables en principio; combinan prescripciones institucionales, técnicas y epistémicas. El límite allí es político: las recomendaciones requieren recursos y cambios en el poder que es poco probable que ocurran sin un cambio político más amplio a nivel estatal y de cuenca.

Discusión

Desde una perspectiva general, el libro hace un trabajo admirable al construir un caso socioambiental complejo: alinea la contextualización multiescala, la medición técnica, el análisis legal/político y la práctica comunicativa bajo un marco coherente de derechos y ecología política. Como intervención colectiva, los capítulos se cohesionan en gran medida y producen un argumento más rico que cualquier disciplina individual. En resumen, el libro logra presentar un caso convincente y de múltiples pruebas de que las comunidades en el borde de Chapala enfrentan daños que equivalen a violaciones del derecho humano al agua. Cada capítulo contribuye a propósito: la introducción hace un marco normativo, el capítulo de interdisciplinariedad proporciona métodos, los textos S3 mapean el lugar y las personas, S4 proporciona pruebas, política y crítica del conocimiento, S5 operacionaliza la comunicación y las conclusiones traducen la evidencia en vías políticas.

Sin embargo, vale la pena señalar algunos puntos ciegos y perspectivas faltantes. En primer lugar, la evidencia epidemiológica es necesariamente provisional: hay una falta de estudios de casos y controles a largo plazo que puedan vincular de manera más concluyente las exposiciones medidas con resultados de salud crónicos. Esta brecha científica es importante legalmente para la causalidad y médicamente para la política a largo plazo. El libro reconoce esto, pero las agendas de investigación futuras deben priorizar diseños longitudinales y protocolos de cadena de custodia más sólidos para el muestreo. Asímismo, faltan análisis comparativos con otras experiencias de defensa del agua en México, América Latina e inclusive otros continentes que podrían haber ofrecido mayor densidad analítica. Desgraciadamente, el lago de Chapala es solo uno de los muchos lagos alrededor del mundo que están bajo una gran presión que redunda invariablemente en la afectación a la salud de su población ribereña. Casos emblemáticos en África como el lago Victoria, en Irán el lago Urmia, en Perú el lago Titicaca, entre otros, podrían ofrecer la perspectiva necesaria sobre procesos socio-jurídicos de protección a derechos humanos y restauración de cuerpos de agua para ampliar la visión de acción del lago de Chapala.

En segundo lugar, aunque el libro documenta el trabajo de género en el suministro de agua, podría profundizar su compromiso con la ecología política feminista y las perspectivas de salud mental. Se mencionan las cargas emocionales y temporales de género de la inseguridad hídrica, pero un análisis de género más sistemático, sobre la exposición diferencial, el poder de toma de decisiones y las vulnerabilidades interseccionales, fortalecería las afirmaciones empíricas y normativas.

En tercer lugar, si bien la ecología política es central, el análisis podría ampliar las perspectivas de la economía política económica: un rastreo más explícito de las relaciones fiscales y contractuales que vinculan la seguridad hídrica de Guadalajara con la problemática hídrica del lago de Chapala, incluidos los mercados de agua embotellada, las asociaciones público-privadas, las concesiones de agua y de descarga, y las asignaciones presupuestarias a nivel estatal y nacional, fortalecería las afirmaciones sobre los factores estructurales.

En cuarto lugar, el papel de las fuentes de aguas residuales agrícolas, industriales y municipales río arriba, y las fallas regulatorias de captura o aplicación que permiten que persista la contaminación, podrían mapearse de manera más rigurosa con estudios de casos legales e institucionales de agencias particulares.

En quinto lugar, se menciona el pluralismo jurídico indígena y los derechos consuetudinarios sobre el agua, pero un análisis jurídico comparativo más profundo que muestre cómo interactúan (o no interactúan) el derecho nacional, los mecanismos internacionales de derechos humanos y la gobernanza indígena fortalecerían los argumentos de exigibilidad ante los tribunales nacionales y regionales. Por ejemplo, el libro podría ir más allá al poner en práctica cómo los tribunales u organismos administrativos deben tratar el monitoreo participativo como evidencia admisible.

Finalmente, se reconoce el cambio climático, pero falta un modelo integrado de regímenes futuros (escenarios que combinen el crecimiento de la demanda con el cambio hidrológico proyectado). Tal trabajo de escenarios ayudaría a convertir las recomendaciones de políticas reactivas en anticipatorias.

Estas brechas proporcionan una agenda clara de investigación y defensa en lugar de socavar la afirmación central del libro. El volumen se lee mejor como una contribución académica sólida y un conjunto de herramientas activistas: proporciona suficiente evidencia convergente para justificar la presión política y los reclamos legales, al tiempo que señala los tipos de datos a largo plazo y reformas institucionales que se necesitarían para un cierre científico y jurídico definitivo. En definitiva, la obra coordinada por Susana Herrera-Lima es un ejemplo riguroso y comprometido de investigación transdisciplinaria al servicio de las comunidades, que inaugura un camino indispensable para repensar las políticas del agua en México.

 

Referencias

Helbig, K. M.: El lago de Chapala en México y su desecamiento. Boletín Del Archivo Histórico Del Agua, (24), 27–47, 2003.

Pérez-Peña, O., & Torres-González, G.: Ramón Rubín y la lucha por la salvacion del Lago de Chapala. Renglones, Agosto-Noviembre (49), 58–64, 2001.

Rubín, Ramón. La canoa perdida (novela mestiza), Vera Editores, Guadalajara, 1951.

 

Additional Info

  • Authors: Susana Herrera-Lima
  • Year of publication: 2024
  • Publisher: ITESA
  • Reviewer: Jonatan Godinez Madrigal
  • Subject: Water policy, Water governance, Agricultural water use, Water politics, Environmental History, Irrigation, Water quality, pollution, Water crisis, Sustainability, Water allocation, Water security
  • Type: Review
  • Language: English